Nuestros
pies son "los grandes olvidados", y arreglar nuestras uñas no es "hacernos la
pedicura". En esta parte de nuestro cuerpo tenemos miles de terminaciones nerviosas,
y es por ello que debemos darles la importancia necesaria y hacerles un tratamiento integral que nos estimule, relaje y prepare para "destaparlos".
Por
otro lado, no nos resistimos a pensar ya en la ropa y el calzado de primavera/verano; y la pedicura puede ser una gran aliada si
queremos presumir de pies, con unas sandalias, por ejemplo.
Una
pedicura sin salir de casa podría consistir en:
a) Retirar el
esmalte, si lo hay, y remojar nuestros pies en agua caliente con aceite o sales.
b) Cortar las uñas rectas y no demasiado cortas.
c) Limar y dar
forma a las puntas de las uñas.
d) Limpiar y cortar
las cutículas.
e) Las durezas son uno de los principales problemas que
sufrimos en los pies. Se producen en las zonas de presión o roce frecuente y/o
constante. Usar las limas tras la ducha ayuda a eliminar las células muertas de
la piel, manteniendo la piel suave y unos pies bonitos entre pedicuras. En
casos de durezas notables, se puede potenciar la acción pulidora de las limas
sumergiendo los pies en agua caliente de 5 a 10 minutos e hidratar después abundantemente la piel, con
una crema específica para pies, tras el uso de la lima antidurezas, lo que potenciará el
resultado.
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