El color negro y sus múltiples
tonalidades nos demuestran a lo largo de los tiempos implicaciones tales como lujo,
exclusividad y una elegancia por excelencia. (Fue a partir de la edad Media, cuando el color negro se
impuso en la moda de los nobles y por lo tanto su valor fue en aumento).
El gusto por el color negro en
la moda viene dado por una cuestión simple: los vestidos y trajes negros poseen
un efecto delimitativo, es decir, hacen que el que los viste destaque y
adquiera importancia. No precisa de ornamentaciones en otros colores, ya que "el negro" posee la personalidad suficiente y denota individualidad.
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